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viernes, 16 de enero de 2009

..una pequeña conclusión sobre la bomba atómica

Han pasado 60 años desde que dos ciudades completas fueron destruidas por una competencia tecnológica entre dos naciones. Podemos afirmar que el “premio” para el arma más destructiva, impactante y asesina fue para la bomba atómica.

Aunque este instrumento de destrucción masiva fue y sigue siendo un gran descubrimiento científico y un gran avance, el uso que se le dio como arma homicida hace que muchos lamenten su descubrimiento.

Si se puede sacar una conclusión de esta investigación es que el ser humano no tiene límites, nuestra inteligencia va más allá de nuestra imaginación, esto se ve en la complejidad de una bomba atómica, de cómo podemos manipular lo que nos rodea casi a nuestro antojo, pero aquí hay una gran ironía, no tenemos límites tampoco al actuar, no medimos consecuencias sino hasta que todo sucede, la moral y la razón no se sobreponen ante el deseo de poder. Nuestra capacidad de crear no va de la mano con nuestra habilidad de discernir. Y si pretendemos no acabar destruyéndonos a nosotros mismos, se debe procurar que nuestro acelerado ritmo de evolución y descubrimiento, vaya de la mano con una evolución ética y una conciencia que procure el bienestar para la humanidad sobre el insaciable deseo de conocimiento y poder.