viernes, 16 de enero de 2009

Un bosquejo de la forma de ser del tico

Hay muchos acontecimientos que definen la historia de un país; sus conquistas, sus derrotas, sus decisiones más importantes, entre muchas otras cosas. Sin embargo, en un proceso lento y talvez imperceptible, esta historia y estos hechos junto con otras influencias, van moldeando la manera de ser de su gente. Costa Rica siempre ha sido caracterizada por su paz, su tranquilidad y por ser un pueblo muy amigable, sin embargo para ningún costarricense es un secreto que el país ya NO es un pueblo, y que a su gente ya no se le describe simplemente con el adjetivo ‘amigable’ sino que se ha vuelto mucho más compleja.

Existen muchos aspectos positivos que rescatar de la forma de ser de los ticos. Vivimos en un mundo donde los valores van despareciendo cada día mas, sin embargo en Costa Rica esto no se ha dado como en otros países. Esto no quiere decir que nuestra sociedad no se está corrompiendo, simplemente que lo está haciendo más lentamente que en otros lugares del mundo en donde la honestidad o la fidelidad se ven como conceptos de siglo pasado.

Una característica a rescatar es la felicidad de la gente, en general por supuesto; basta que la selección gane un partido de fútbol o que bajen unos cuantos colones la gasolina para que el país entero ya este con una sonrisa en la cara agradeciendo su suerte. Además, uno de los pilares que ha permitido que nuestra sociedad no se desborone, es la enorme importancia que le otorgan los costarricenses a la familia; pues el hecho de que festividades como la navidad y acontecimientos como una graduación sean vividos por la familia en su totalidad, demuestra que los lazos de unión y por supuesto de amor aún se mantienen fuertes en la mayoría de los hogares. Además también se puede tomar el ejemplo de muchos incansables padres y madres que luchan diariamente por darles una vida digna a sus allegados.

Ahora vamos a tratar la política en Costa Rica, pues analizando este tema se pueden sacar muchas conclusiones a cerca de la manera de ser de los costarricenses. Empezando por el momento en que los ciudadanos del país se convierten en votantes, los políticos comienzan a prometer un sin fin de cosas absurdas, lo que si parece hasta un poco irónico, es que nuestra población a pesar de ser una de las que tiene mayor nivel de educación en América es sumamente inocente y ‘‘come cuento’’.

Luego de las elecciones presidenciales, la gran mayoría de las costarricenses cree que su deber político termina, entonces si ocurren cosas desfavorables para el país (y que los afectan directamente), simplemente dicen que el culpable es el gobierno (que ellos mismos eligieron). De todo esto, quizás el mayor descaro sea que a la hora de juzgar a instituciones o servidores públicos (ministros, alcaldes, etc.), el costarricense opte por una de dos vías; o simplemente dice la famosa frase ‘eso no me importa a mí’, o se burla de la situación restándole toda la importancia que pueda tener.

A pesar de la competitividad que se nota evidentemente entre los ticos diariamente, nadie puede negar que si hay un momento en el que el país entero se une, es cuando juega la Selección Nacional de Fútbol. Aunque sea bajo la mayor hipocresía del mundo, al ver un partido nace un sentimiento, quizás instintivo, de hermandad. Claro que si hay un invitado seguro tanto a los partidos de fútbol como a cualquier fiesta, es el alcohol. Pues lastimosamente este se ha convertido en un amigo inseparable de una gran cantidad de costarricenses, podría vérsele como el ‘alma de la fiesta’.

Un sentimiento que ha ido invadiendo la personalidad de los habitantes del país, es definitivamente el narcisismo, pues si bien las personas no se creen perfectas, definitivamente intuyen que son mejores que los demás. Este individualismo ha creado un abismo entre persona y persona dentro de la sociedad, lo que ha creado que las personas estén demasiado ocupadas preocupándose de si mismas como para pensar en ayudar a los demás. Podría lastimosamente decirse, que en una de las pocas ocasiones en que el individuo ve a su lado para observar a quien lo rodea, es cuando se siente amenazado; cuando siente que hay alguien que amenaza con superarlo en algún aspecto. Al ver que no se puede hacer nada para mejorar sus características individuales, se intenta hacer algo mucho más fácil: ‘bajar’ a los demás para sentirse ‘más’. Esto pues hacer un daño ( en este caso en la autoestima de una persona) se torna muy sencillo cuando se le pone ‘empeño adecuado’.

Aunque en la sociedad costarricense es innegable que hay muchos aspectos dignos de aplaudir, no se pueden cubrir los ojos y decir que todo es color de rosa. Definitivamente decir que todos los ticos somos hermanos y nos preocupamos unos por otros es una utopía, que se ve cada vez más imposible al analizar los resentimientos y actitudes que muestra la sociedad actual. Estas ‘enfermedades’ que han llegado a desgastar las relaciones interpersonales que se dan entre las personas si bien es cierto que son malas, no son imposibles de curar.

Lo que nos ha hecho falta a los costarricenses es que haya una ‘cadena’ que nos una para que dejemos de ser individuos aislados y comencemos a ser una verdadera sociedad, donde cada quien esté conciente de que tiene una persona a su lado, a quien puede ayudar o incluso pedir ayuda. En el momento en que los costarricenses dejemos de lado la competitividad y los deseos de poder y nos demos cuenta de que las cargas políticas, sociales y económicas se pueden alivianar si las llevamos entre todos, cada uno podrá respirar y empezar a trabajar duro, no por ser mejor que el otro sino para ser uno con el otro.

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